Redacción, Zacatecas 3.0
Una mujer de 30 años con un estado crítico de COVID-19 dio a luz a su bebé antes de morir en el ISSSTE de Zacatecas. Para que el niño pudiera nacer libre de riesgo, los médicos tuvieron que inducir un parto prematuro en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal (UCIN).
La COVID-19 es una enfermedad que afecta de forma muy específica a las personas que la contraen, sin embargo entre la población vulnerable, además de niños y personas mayores de 60 años, se encuentran las embarazadas. En Zacatecas, por esta razón, un grupo de médicos tuvo que inducir a una mamá a un parto prematuro.
El nacimiento de este bebé sorprendió a los médicos porque a pesar de que su madre fue internada e intubada a raíz de un cuadro crónico causado por el SARS-CoV-2, él dio negativo a las pruebas de coronavirus.
Ya que la que la madre estaba en su semana número 30 de embarazo, el niño pesó un kilo y trescientos gramos al nacer, pero por desgracia ella tuvo complicaciones y perdió la vida dos días después de la cirugía.
La ginecóloga obstetra que realizó la operación, Berenice Talamantes Luján, explicó que diez días atrás esta mujer había llegado al hospital con una complicación respiratoria derivada del virus, pero que al empeorar su situación los médicos decidieron proceder con una cesárea en la que “cada uno -madre e hijo- daría su propia batalla por separado”.
El tiempo de la cirugía tomó 40 minutos y, según la obstetra, “fue muy complicada por el bebé, las condiciones de la paciente y el ventilador”, ya que las personas infectadas por COVID-19 “tienen anticoagulantes y para una cirugía sangran muchísimo”.
“Fue difícil para todos, porque una paciente intubada es más contagiosa que una paciente COVID-19 estable“, refirió Talamantes.
Por ahora el bebé permanece en terapia intensiva y se le realizarán más pruebas para confirmar su resultado por SARS-CoV-2 ya que los expertos indican que pudo registrarse un falso negativo al momento del parto.
El COVID-19 es la principal causa de muerte en el embarazo, ya que de acuerdo a las estadísticas más recientes, aproximadamente por cada 100 mil recién nacidos hay 9.8 porcentual de defunciones, lo que posiciona a esta enfermedad con un 21.6 por ciento de gravedad sobre la hemorragia osbtetricia, enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria, causas maternas indirectas no infecciosas, aborto y probable SARS-CoV-2 en la tasa de letalidad.
